Misiva

No sé si es el espacio indicado para resumir sentimientos y pensamientos inoportunos que embargan mi memoria. No sé si serán complejos de culpa o simplemente una forma banal de justificar lo injustificable. No sé si es el lugar…. ni la mejor ocasión, ni siquiera sé si debo o no hacerlo. Soy una aprendiz de las confesiones y con este pobre e insignificante poco talento deseo poder hablar contigo.

No he sido buena….no soy el reflejo de lo que quisiste que fuera, no soy tu proyecto de vida, quizás porque soy producto de aquello que yo misma he querido ser. Lo siento.

Me ha tomado tiempo y equivocaciones para llegar a conocerme y conocerte. Soy producto de tus errores, aciertos, enseñanzas y desidias. Ahora, después de ver reflejada en el espejo la persona que soy puedo lograr ver mucho de tí con lo matices, por supuesto, de una época más moderna. Lo cual es contradictorio porque no soy lo que hubieras querido que fuera pero soy como tú.

¿Recuerdas cuántos quebraderos de cabeza? Lo amurallado de mi adolescencia y cuando me encontraba ferozmente dividida entre lo que era, quería y debía ser… Nuestras opiniones distaban mucho de ser camaradas. No eran ni blancas ni negras. Eran simplemente formas de ver la vida. Cuantos escándalos legendarios de lo que no me enorgullezco ahora.

Héroe incomprendida que siempre quieres lo mejor; convirtiéndote, en contadas ocasiones, en una verdadera “tortura china” caracterizada por una pasión inmesurada de buscar lo bueno y lo mejor para "los engendros" que luego, muy a tu pesar, te darán la espalda. ¿Yo te la dí?....

Bueno... sólo quiero decirte que siento si te he hecho daño y, seguro, en infinidad de ocasiones y sin el menor motivo, sólo por ser como soy. Siento no ser lo que quisiste que fuera, pero no lo sufras. Hay una cosa que tiene que dejarte tranquila: Que no hay nada mejor, y nada que haga a tu ser más querido feliz que parecerse a aquello que a soñado de sí mismo.

No te preocupes.

Tu hija