Diario de una ex princesa en un festival

Hoy me he levantado a las 6:45 de la mañana, últimamente con esto de que trabajo hago un esfuerzo para despertarme con cierto tiempo de prudencia para poder llegar a hora a mi trabajo, y no lo logro. Llego creo yo exacto pero son dos horas las que me gasto cada mañana para poder estar adecuadamente disponible, como se debe estar: disponible y presentable.

Hoy al despertarme me he acordado de mi casa, de mi ciudad, de mi familia, de mis amigos. He recordado cuando vivía en la Arequipa, cuando jugaba a saltar la pared de detrás de mi casa para jugar en la casa abandonada, en donde nos contábamos historias de terror inventadas por nosotros mismos con el fin de aumentar la emoción que acompañara la infiltración secreta a ese sector de mi barrio. He recordado cuando salí de Piura y de mi despedida en el aeropuerto, de los saltos en esta Europa que me ha regalado todo tipo de sensaciones, que debo de confesar han sido la mayoría satisfactorias con lo cual me da por decir y reconocer que la vida ha sido muy generosa conmigo por lo tanto me considero afortunada.

Luego de pensar en Piura, pensé en mis compañeros de Mallorca en lo difícil de este año después de la separación. En los estudios universitarios y las casi 5 horas de autobús que me tuve que soplar durante 6 meses para ir a la universidad por eso de que me dio por volver a las aulas a hacer un master que sabe Dios que me podría aportar hasta este momento. Me he acordado de muchas cosas, vivencias, gente, situaciones y una que otra lágrima caída en trincheras en las que buscaba hacerme un hueco para intentar no caer en la mediocridad y, si fuera posible, salir del anonimato. Y hoy, luego de tanto andar y andar, después de reinventarme por doquier, de ilusionarme con todo, dejándome acompañar de la esperanza, del optimismo y un compromiso conmigo misma de estar bien y si se puede feliz me siento en la sala de prensa del Festival de Cine de San Sebastián como periodista (gracias Koro) para disfrutarlo desde sus entrañas, la cual seguro será una de las más grandes experiencias de mi vida.

Hoy la mañana es eterna, recién ha comenzado y no tiene pinta de que termine. Aún no ha llegado Brad Pitt, y el gentío periodístico está como loco. Esperan a Angelina, a los cuchucientos niños y hasta a las nany’s con las que dicen se lo pasa de lo mejor últimamente nuestro famoso amigo. Apostados fuera, nosotros resguardados de esta lluvia parecida diluvio, cámaras de TV. Flashes y ansiosos fans que buscan acariciar con la mirada al chico de Oklahoma hecho actor, nosotras las de las bragas de colores no paramos ni por un momento de atender a todos y poner buena cara aunque a veces no se lo merezcan mis colegas periodistas.

Es un festival pasado por agua. No ha parado de llover y las previsiones nos dejan claro que tampoco parará. Hay a quienes esta noticia ha afectado, pero… cuándo no llueve en el País Vasco, me pregunto. Es normal, me respondo; pero parece ser que aún no nos hemos acostumbrado. La alfombra roja parece el pelo de un labrador después de sumergirse al río, hace plof plof, he pasado por ella hace tres horas y sólo he podido conseguir casi no ahogar mi tímido calzado y he salido perdiendo porque las medias las tengo mojadas, completamente empapadas; pero les cuento un secreto: he traído dos trajes para cambiarme por requerimiento del guión y porque ya sabía que el día sería catastrófico, ya saben ustedes: mujer piurana prevenida vale por mil.

Siguen pasando periodistas. Brad Pitt llega a las 14:00. Están todos expectantes esperando apostillados a las afueras del Hotel María Cristina, algunos comentan que viene Angelina con él, nosotros no lo confirmamos, pero lo más seguro es que venga sólo. Tarantino ya nos dio el saludo respectivo, Atom Egoyan, Goya Toledo y demás actores que buscan engalanar un festival en recesión. No sé como fueron antes pero este año a parte de ser un festival pasado por agua está bautizado por la mal avenida crisis económica. Se ha escatimado en gastos, se ha roto “el cerdito” y contado las pesetas para no quedarnos atrás, a la cola de los demás festivales europeos (Cannes, Berlín, Venecia) pero creo que a ellos la crisis no les afectó tanto o al menos eso pareció porque sus ediciones han sido por todo lo alto. Lo bueno es que no nos hemos quedado atrás y eso está muy bien!.

Hoy me estoy tomando este pequeño break entre llamada y llamada, correteadera por aquí y por allá, para contaros esta parte más personal de mi vida. Porque deseaba compartir mi experiencia con todos ustedes, porque me siento bastante satisfecha, porque creo que las grandes ilusiones no deben nunca perderse, al contrario deben ir cargadas de trabajo y pensamientos positivos porque cuando vivía en la calle Arequipa de Piura no me imaginé siquiera por un momento que estaría aquí sentada. Porque quería agradecer a mis amigos, a mi familia, a todos por el apoyo y a la providencia por esta satisfacción. Y ahora les dejo que voy al primer Photocall del día con Atom Egoyam, director de la película Chloe, y por la tarde Brad Pitt.

Para ustedes, de Leslie