Lo de escribir y sentimientos

La prueba de que no sólo son ideas...

Finalmente y, a veces, bajo el manto y los seudónimos puedo esconder en cierta forma las connotaciones emocionales que me envuelven o envuelven a otros. Escribo millón un veces y de millón un formas, tengo muchos artículos olvidados bajo mi cama, marcados en hojas sueltas, creados entre los sueños que nunca tengo y las noches que desgasto pensando en como ser una mejor persona cada día o por el contrario convertirme en una cabrona redomada, tengo unos buenos, otros pésimos y por el contrario otros a los que les tengo cariño y respeto pero que son peligrosos porque no sólo hablan de mí y de lo que pienso y siento, sino sobre otros a los que no les haría ninguna pizca de gracia ver reflejado su nombre entre líneas de un blog cibernético; pero no logro dar con el concepto clave a transmitir, pero si tengo un ciento de ideas a compartir. Ideas que a lo mejor no todos quieren conocer o, peor aún, les interesan un carajo. Ante esto no puedo hacer nada, lo dije una vez: tengo un insignificante y pobre talento, soy una critica-emocional como todos ustedes, lo que ha ocurrido es que ambos parámetros confluyen en mí para generar una serie de pensamientos importantes para mí, que deseo transmitir, pero que no seducen ni inquietan a nadie seguramente.

Siempre he creído en que es fácil hacerse entender cara a cara, mediante una conversación en confianza, en un ambiente adecuado y bajo una experiencia contextual de igual a igual y es muy difícil llegar a explicarse, con todo lo que ello conlleva, a través de una página web, en cuestión de minutos y teniendo en cuenta que la web no está pensada para establecer largos diálogos sino más bien referencias cortas.

¿Cuestión de sentimientos? Seguro si es cuestión de sentimientos lo de no querer dar a conocer muchos aspectos de la vida íntima, emocional, personal de esta vuestra verduga, y cuando digo verduga es porque soy quien os inflinge el castigo de leerme y de juzgarme aunque a lo mejor no os interese ni mucho menos guste demasiado, pero... -siempre hay un pero-, tienen que saber que no todo lo que se escribe es para contar explícitamente nada en particular sino y sólo con el fin de comunicarse. Comunicarme a raíz de la ausencia de género humano a mi alrededor y porque, tengo que admitirlo, estamos en confianza con lo cual ya saben que si no es con ustedes no puedo hacerlo.

Ahora iré encaminándome en la tarea laboriosa de contarles algo sobre mí mas bien emocional que de otra índole. Mis sentimientos como no sean contra el mundo y lo que opino sobre como va esta sociedad, en la que creo ya bastante poco y de la que voy perdiendo la fe, ya los saben y conocen perfectamente; mis sentimientos más personales no los expreso porque suelo reservarlos para contárselos a personas muy cercanas a mí de las cuales tengo un feedback rápido y preciso que salvan y aminoran la situación rancia que estoy pasando.

Así que siento decepcionarlos pero no me siento sola ni molesta ni sacrificada ni abandonada ni desanimada ni infeliz... ufff... que larga lista de Ni's; pero si me siento decepcionada y esa persona o esas personas ya lo saben aunque a alguna aún no se lo he dicho y no! no utilizaré este blog para hacerlo. Me encuentro bien y contenta, pero un poco cansada y una pequeña ansiedad empieza a apoderarse de mí. Creo que al girar en torno a mis apetencia y emociones y actuar bajo su yugo a veces lo que he conseguido es sólo cansarme. El ir y venir de mis propias ideas y conceptos a veces aminora mis energías y desvanecen mi alma.

Pero no pasa nada sólo son emociones que pueden superarse como todo. Tengo días buenos y malos, inciertos y difíciles, pero no por la embargadura que tenga que desarrollar o llevar acabo sino y sobretodo por la gente que me voy encontrando que está llena de sentimientos viciados, o por los que ya conozco que a veces me sorprenden porque no son lo que creí que fuesen. Esas son mis decepciones diarias y en las que tienen que ver siempre gente de mi entorno emocional, los de cerca y los de lejos.

No tengo más nada que decir sólo gracias por escucharme y por entender estas minucias que resultarán absurdas seguramente para el día de mañana. Ustedes son los ángeles de mi laboratorio emocional que me ayudan y me permiten olvidarme de todo, haciéndome sentir bien en medio de tanta manipulación y mierdas varias; y no olviden, en serio, que en cada línea que les escribo ya existe un mil de gracias por leer y sentir entre mis pensamientos.

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