Tanto amor, tanto amor

De los temas que más despiertan mi interés es, sin lugar a dudas, el de las relaciones de pareja. Es que me sonrío cuando evoco el pasado y cuando miro el futuro me descojono, el presente me lo tomo con suspicacia pero sobre todo con mucho sentido del humor. Esto de estar de novios es cosa rara, más aún cuando ya te haces un poco mayor y como que no te convencen demasiado ya las palabritas de amor dichas "a todas", porque aquella que se crea que el nuevo amante en cuestión esta despertando al arte de la poesía porque está enamorado de ella, se equivoca. Las canas son señal de experiencia (o señal de un mal peluquero) y dentro de esa experiencia están las mujeres y las habilidades en el ligoteo. Nosotras nos creemos que somos las artífices de tanto amor, tanto amor...

Somos mentirosos en potencia, chichas y chicos, que aquello de: ¡nunca me he sentido tan bien con alguien como contigo! -que lo decimos todos-...sí Juan y yo me lo estoy creyendo. Como aquello de ¡contigo como con nadie, eres el mejor! (con suspiro acompañado). Pero no son sólo los hombres los que se la saben todas, nosotras las chicas también tenemos nuestra andadura épica por la vida sentimental, pocas lo reconocen, pero la verdad es que llegado a unos años nos plantamos con un recorrido considerable de camas y fracasos varios de los cuales nos acordamos y mucho o, en su defecto, nos lo recuerdan las amigas: Anda pendeja, ya te olvidaste cuando te agarrabas a ese huevón? -¡Qué simpáticas!-

Es que las amigas son importantes en esto de las relaciones de parejas que les hablo y que despiertan cierta curiosidad en mí, más aún cuando tengo tanto amor, tanto amor a mi alrededor. Esto es un ménage à trois: tus amigas, tu chico y tú. Ellas -las amigas- están para muchas cosas entre ello para recordarte las meteduras de pata, los deslices amorosos y para recogerte las lágrimas cuando ese desliz se convirtió en relación y te terminó dejando que porque eras demasiado para él -encima te lo crees y le dices que no es así tratando de convencerlo de lo contrario, y no te estás dando cuenta que es una forma elegante de mandarte al carajo. Las amigas están ahí y se la juegan contigo. El buena onda pasa a ser el "hijo de su puta madre", ¡El desagraciado, el cabrón!. Ellas te acompañan al bar, te dejan beber lo que tengas que beber y asienten contigo cuando empiezas a sacar todo aquello malo que te revuelve el ego dolido que hace que cuentes hasta de que tamaño lo tenía y aquellos "detallitos" de cama que jamás hubieras contado en tu sano juicio. Las amigas se convierten en esas oyentes oportunas de confesadas frustraciones de pareja.

Yo alguna vez fui una amiga de esas: ¡Ese es un huevón que no te merece! ¡Que se meta con cualquier pendeja y le ponga los cuernos pa que vea lo que se siente! Muchos mocos he visto caer, y muchas lágrimas he secado y algunas cervezas me he bebido, todo sea dicho. También estuve del otro lado, echando lágrima como si se fuera acabar el mundo, ¡Qué desgaste de energía!


Lo peor, para quien este de acuerdo conmigo, es cuando te casas y la ruptura viene después. ¡Vaya, la niña se divorcia! ¡Por fin mi hijo se libra de esa bruja! (depende de en que parte este la madre en cuestión). Cuando una relación de matrimonio se rompe se viene abajo el mundo, por Dios, no es posible! Pobrecita ella, El vuelve a circulación, ella se queda con los hijos, y El con ganas de recuperar el tiempo "perdido" comportándose como si fuera un loco adolescente con las hormonas sin control.

Pero ¿por qué se casan? preguntome yo. Esta misma pregunta se la hice a un amigo mío en Zaragoza, y El me respondió con cara de obviedad: ¿Porque se quieren....? ¡Jelouu, lo siento, había olvidado esa parte del amor! De todas maneras yo sigo creyendo que hay quienes se casan por otras razones y que esas no siempre tienen que ver con la panza y los 5 meses de embarazo que la niña lleva encima. Creo que a veces el querer echarse un "polvo legal" es un buen motivo. Si eres joven porque quieres salir de tu casa y dejar de escuchar las críticas de tus padres. Si eres romántica será porque sueñas con tu casita, tus hijos y pastelitos a preparar. Otra puede ser porque "se te pasa el arroz" y no te queda de otra que echar tu red y "comerte" lo primero que ha tenido la dicha o desdicha de caer en ella, de todas maneras sino funcionara te puedes divorciar teniendo en cuenta que para algunos es mejor ser vista como una divorciada que tomada por una solterona seguramente inaguantable y de poca "experiencia" (¡qué sinrazón!).

Continuo yo pensando sobre estas cosas del amor y las parejas. La fidelidad: las mujeres no somos fieles y los hombres menos! El hombre a lo único que le es fiel es al equipo de fútbol. Haber díganme ¿Cuántos hombres han visto cambiar de equipo de fútbol por otro equipo...? ¿Cuántos han pasado de ser del Barça para ser del Real Madrid, del Alianza Lima para ser de la U, o del River por ser del Boca...? I-M-P-O-S-I-B-L-E!!! eso es de chaqueteros!!!! Ahora bien hagan el recuento de a cuántas amigas de ustedes han dejado por otra o cuántas veces esos novios que tanto decían quererlas les han puesto los cuernos? ¿Pudieron contar? (A mí me faltaron dedos).

Por eso llama tanto mi atención lo de las relaciones de pareja, de cómo son los hombres y cómo somos las mujeres, porque somos totalmente distintos, porque bajo pseudo promesas tampoco nos comprometemos, porque queremos demasiado creer en algo y que ese algo sea la relación que vivimos, porque las rupturas no las asimilamos en igual medida, a unos les afecta demasiado y a otros poco o nada, porque sencillamente llegados a un punto nos dan igual ciertas cosas, como el hecho de creernos que somos esas artífices de tanto amor, tanto amor de un pobre amateur en cuestiones del corazón.

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