De espíritus

Los espíritus indomables...

Alguna vez me gustaría saber qué podrían hacer los espíritus indomables e insaciables para no seguir siéndolo. Existen algunos espíritus que marcan el caminar de una vida continua y estable, y la siguen; otros que se acomodan según las circunstancias y algunos pocos que viven buscando una satisfacción que pocas veces logran encontrar, y andan, y andan de un lado a otro esperando redimirse así mismos, o simplemente cansarse para poder detenerse.

Estos espíritus cargan con la pena de no verse satisfechos con lo poco o mucho que generan y producen el día a día. Se agitan con palabras porque son excesivamente emocionales, cambian de rumbo porque tienen un corazón inquieto, creen en la felicidad basada en seguro absolutamente nada y sufren la pena de no quedarse nunca en ningún lugar aún teniendo motivos sólidos, muchas veces, para hacerlo.

Toman decisiones una y otra vez y en ellas arrastran a quienes tienen la mala suerte de encontrarse junto a ellos. Todo es perfecto pero a su vez nada lo es. Todo es suficiente hasta que empieza a no serlo. Todo va bien hasta que empieza a ir mal. Algo los invita a ser felices pero el ímpetu los empuja a seguir en la búsqueda de algo que a lo mejor nunca encontrarán.

Miran alrededor se encuentran con todo lo que a los demás les invitaría a asentarse, la suerte les sonríe pero quieren más. Sueñan y sueñan con encontrar la panacea de la felicidad que no saben realmente en qué radica y que no saben que seguramente se encuentra en la decisión que no desean tomar ya sea por miedo, ya sea porque son buscadores incansables.

En este ir y venir, en este camino, han conocido muchas historias, gente, caras, emociones, amores, palabras, miserias y momentos de plena felicidad. Sufren por tener esa alma de errantes, de dejar a quienes quiere sólo por ser lo que son: espíritus insatisfechos en la búsqueda de algo que algunos otros afirman como imposible.

Los espíritus indomables se flagelan, no duermen, entienden el mundo desde otra perspectiva, no van ni andan como los demás, escriben, se redimen millón de veces, arden en ascuas, se intrigan con el futuro, se ilusionan con palabras, sueñan con historias, se alimentan de pasiones pasajeras, viven de amores del pasado, no recorren caminos porque otros ya lo hayan hecho antes sino porque siguen a su corazón, creen en un mañana, sienten demasiado, se expresa en demasía, comentan sus aventuras, sus parajes no son los de los demás, sonríen por poco, esperan palabras, imaginan una vida, se cuestionan a menudo, consiguen hazañas, se reinventan cada día, andan kilómetros, no deshacen ninguna cama, cambian por temor, no se soportan en la rutina, intentan llevar a alguna alma consigo, dejan almas que han conseguido llevarse consigo, inspiran confianza, se ven fuertes, indomables... Miran atrás sin arrepentirse y lloran por seguir sintiéndose insatisfechos...

Lessar