I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

viernes, noviembre 17, 2006

Diatriba

(contra un fantasma en depresión)

Mi estimado César, no quiero agobiarlo con lo que le voy a decir pero… su profesión tiende a desaparecer, sino es que no ha desaparecido ya. Son pocos los que ahora le hablan al amor, a la muerte, a la vida, a la contradicción:”…Si eres vida, ¿por qué me das la muerte?; si eres muerte, ¿por qué me das la vida?”(1). Nadie os sigue los pasos. No sé que nos ha pasado, quizás este mundo que va tan deprisa no nos deja siquiera un respiro para pensar y hablar como usted…o como sus contemporáneos: Chocano e Eguren .Chocano que no hizo sino que cantarle a América :
“Indio que asomas a la puerta,
de esta tu rústica mansión:
¿para mi sed no tienes agua?;
¿Para mi frío cobertor? …
¿Quién sabe señor!”.(2)

¡Y no se excuse diciendo que eran otros tiempos y que aquello de ser poeta más que dar dinero daba dignidad! Y claro, como usted bien sabe, ahora esta palabra ha perdido su valor. ¡No, si ya lo sé yo que no es lo mismo!.

Señor César… ¡Qué descaro! El romanticismo va perdiendo terreno contra lo brutal y lo grotesco; confieso, y con toda vergüenza, que no soy romántica. Quizá porque romántico no es otra cosa que sinónimo de debilidad. En aquellos tiempos, mejor dicho, en sus tiempos de gloria cantarle a la mujer a través de versos era lo que estaba de moda.
“…Pues mi recuerdo tu memoria asalta,
y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y hasta el mismo ambiente que respiras
te repite ¡mi amor!…”(3)

Que pastelón! mi querido César. Si es más que obvio el porqué de su desaparición. Y que fue de sus colegas europeos? Tuvieron la misma suerte? Nadie se acuerda ya del “…contemplando, cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte; tan callando…”(4); que va! Si algunos no saben siquiera que existió. Recuperar el camino de la poesía creo es un poco difícil; necesitamos resucitar almas como la vuestra y, por supuesto empezar, sino dígaselo a Machado “…Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”(5) Pues habrá que empezar a caminar.

¿Y que me dice de los otros? ¿Los que llegaron después de usted? Hubo uno que se atrevió a escribir una canción desesperada y en lo profundo de su melancolía pudo escribir los versos más tristes esta noche. "...Escribir, por ejemplo: “la noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta…”(6). ¿Cuánta pena no? Y es que en estas cosas del corazón uno puede llegarse a sentir realmente miserable.

Mi estimado César, siento mucho decírselo pero ¡Usted ha desaparecido! ¡Nadie lo recuerda! ¡Nadie! Usted que se refirió a Dios y que moriría “…en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo…” Que dudó entre “… los potros de Bárbaros Atílas o los Heraldos Negros que nos mandan la muerte…”(8). Amigo Vallejo, no sé que decirle, sólo que... "Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡yo no sé!...”(9)

Hasta Luego.

(1) El amor. Manuel Gonzáles Prada (1844-1918)
(2) ¡Quién sabe! José Santos Chocano (1867-1935)
(3) Acuérdate de mí. Carlos Augusto Salaverry (1830-1891)
(4) Coplas a la muerte de su padre. Jorge Manrique (1440-1479)
(5) Proverbios y Cantares XXIX. Antonio Machado (1875-1939)
(6) Poema XX. Pablo Neruda (1904-1973)
(7) Piedra negra sobre una piedra blanca. César Vallejo (1892-1938)
(8) (9) Los Heraldos Negros. César Vallejo (1892-1938)

Etiquetas: