I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

jueves, marzo 31, 2011

Buscando aprender

Al final aprendemos... se dice que se aprende por la capacidad que tenemos de repetir sobre nuestros errores y volver a mandarse las mismas cagadas una y otra vez, estamparnos contra la misma pared en repetidas ocasiones y sin descanso, no atendiendo a la vía de escape que reluce en fosforescente sólo y a escasos centímetros de nuestro lado. Aprendemos, claro que sí, pero después de habernos, algunos, dejado la piel como papel tapiz sobre el concreto.

Para aprender sobre el amor hay que enamorarse, para ello nos pasamos toda una vida mirando aquí, mirando allá, ilusionándonos, buscando a la persona que se parezca tanto a nosotros, que le guste lo que a mí me gusta, que comparta mis aficiones, que lo que esa persona desee sea igual a lo que yo desee también. Nos pasamos la vida buscando a ese clon que lo comparta todo conmigo, que se asemeje a uno. Vamos buscando incesantemente a aquella persona que se parezca tanto a nosotros para poder meterla en nuestra casa y compartir la vida, como si uno mismo fuera la auténtica joya andando por las aceras. Como si nosotros fuésemos lo mejor que ha parido madre o simplemente la gran cosa.

Y ocurre que después de un tiempo, ya juntos, viviendo en pareja de pronto un día cualquiera uno asoma el cuerpo por entre la puerta de la habitación y simplemente todo cambió. Si él quiere frío, yo quiero calor. Si ella dice blanco, él responde negro. Ahora resulta que me gusta el buceo y a él la bicicleta y de montaña. Así por así, entonces, derrepente ya no quieres volver a casa, ya no te interesan los temas de conversación, ya no deseas cruzar el umbral de la recámara, ya no buscas coincidir, así, nada más empiezas a buscar tu espacio, diferente, que ya no es el que quieres compartir con él o con ella. Y te vas.

Entonces vas otra vez por la vida buscando a esa persona, a ese hombre, a esa mujer que se parezca a lo que somos ahora, a esta nueva versión de nosotros mismos, das vueltas por el mundo, cambiando de lugar una y otra vez, yendo a algunos incluso lejanos y, afortunadamente, no después de mucho explorar, la encontramos. Ahora la nueva figura es la siguiente: El haciendo bicicleta de montaña todos los días con la nueva fémina; y ella, la ex pareja, que no es ninguna desafortunada, visitando las profundidades del oceano con un nuevo compañero. Y así cada uno ha iniciadado un nuevo camino.

Si, como a muchos otros a mí también me pasó. Me pasó que con esta nueva persona coincidía en todo. Me apetecía salir a dar un paseo y él también lo quería. Quería ir al teatro y a él también le emocionaba la idea. Decidí cambiar el buceo por el surf y a él le pareció una excelente idea también, después de tres meses (que bien pudieron ser años) lo terminé dejando, terminé la relación, me aburrí, me empalagué.... Por su parte, mi ex, que ya salía con una ciclista de profesión y había bajado y subido laderas, montañas y demás rutas inimaginables, le fue diferente él duró un pelín más: tres meses y un día (o años con sus días).

Al cabo de los tres meses con dos días (que como ya os dije bien pudieron ser años: dos o siete pero con dos días también) mi ex y yo nos citamos en un restaurante, nos tomamos un café y conversamos de todo. Después de analizar nuestras vidas posterior a lo nuestro, charlando, llegamos a la excelente conclusión de que para ser amigos hay que coincidir en muchas cosas, en todo si se puede; pero que para ser amantes, para amarse como solíamos hacerlo, no teníamos necesariamente que ser iguales.

Lessar.

Esta es la escena para enamorarse! o para echarse a llorar! Os la dejo para aquellas y aquellos que sólo piensan en que la pareja tiene que ser, si y sólo si, igual a uno.


Y no os puedo dejar sin Someone like you, que es la canción que suena en la película. Escuchadla, mi amiga Sue dice que es mi canción. Yo la pongo porque siempre terminamos hablando de lo mismo y llegando a las mismas conclusiones también. Gracias amigas por las tertulias de madrugada en el estacionamiento de buses en Andorra. Las quiero!


¿Que cómo terminó mi historia? No seáis listos y seguir a lo vuestro!

Un saludo.