I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

martes, marzo 17, 2009

Aquellos pobres hombres

Voy a toda prisa por el puente de madera que se convierte en un atajo para llegar a mi cita, desesperada, a hora puntual ensalzando el típico horario europeo en el que la puntualidad debe ser y debe de estar y habla de uno como si fuera una persona de buenas costumbres. Voy a pasos agigantados, a una velocidad media de 5 km la hora, cualquiera andando va más rápido que yo corriendo, sujeto en una mano un bolso adorable color caramelo que conjunta exquisitamente con un cinturón color también caramelo que ciñe mi figura haciéndola más esbelta de lo que ya luce y junto a estos dos accesorios unos zapatos Gloria Ortiz comprados en segundas rebajas. La otra mano que me queda libre, lo de libre es un decir, sujeta los mechones de un ex peinado que me hiciera yo misma, y en el cual he invertido horas de mi tiempo pero que ahora ha quedado convertido en cualquier cosa menos en un peinado digno de ser presentado ante nadie en particular; pero ahí voy, encaminada, concentrada en las parrafadas que han de contarme mi circulo más íntimo de amigas como cada quince días a las 5 de la tarde en el Café Vienés de esta cosmopolita ciudad.

Voy pensando en lo que les contaré, las frases que arremeteré en cuánto salga la palabra hombres y dejaré mis energías negativas en una conversación superflua de cómo mejorar lo inmejorable o mejor dicho en cómo aceptar lo que está dado. Venía en divagaciones varias cuando derrepente siento como algo no me deja avanzar... como mi tobillo no responde a la salida. Algo retiene mi huida, mi escape... empieza a crujir algo por debajo y yo tiro y tiro y tiro acelerada buscando liberación absoluta y en un segundo, como una nada, siento que estoy fuera, que nada me aprisiona que puedo seguir mi camino... tranquila enrumbo hacia mi cita, continúo mi alocado recorrido, sigo en mi carrera por llegar on time pero... ohoh... instantáneamente siento que algo no va nada bien, me falta altura o me sobra aire, observo que he perdido 5 cms en mi pie derecho, abro los ojos, me asombro de mi calma, miro alrededor, esbozo una pequeña sonrisa y observo el infeliz hueco entre madera y madera que se ha quedado, para él sólo, mi tacón de 200 euros que aún no he terminado de pagar con mi tarjeta de crédito.

Oh no, la tarde va saliendo al revés, los papeles de la oficina aún los tengo que revisar, mi cita de las 11 am nunca apareció, la tesis me está haciendo perder el control últimamente y esta ciudad Austriaca me pone del nervio cuando intento encontrar algo de paz y tranquilidad que no fuera siempre repetir el mismo camino que conduce del Stepham Dome al Palacio de la Opera con una parada obligatoria en el Sacher...no! necesito un sitio que no suene a vals, ni a Mozart, ni a río, ni a Strauss ni a nada. Sólo tengo el café Vienés y mi cita de las 5 de la tarde quincenal para desahogarme de todo y no pienso dejarla pasar.

He aquí que tratando de olvidar el incidente, retomo el control de la situación y me encamino a mi encuentro esperadísimo. La gente me mira, no en vano soy una mujer que lista de elegante pero que va sin un tacón, sonrío haciendo alarde de una vergüenza superada, miro a quienes me miran y en entredientes ruego a Mozart que desde donde esté desaparezca al mundo o sino puede al menos que la transpiración no se note por debajo de mi escote y así entre momentos embarazoso y con unas ganas locas de llegar atravieso la plaza de María Teresa o como dirían los vieneses Maria Theresien Platz, detrás del Bugtor está el Café Vienés y en él, dentro, mis amigas.

Cada quince días tenemos una cita puntual. Alma, Sara, Irene y yo somos las que estamos y somos las que somos. He de decir que nunca fuimos inseparables y que prometo que algún día lo seremos; pero de cuando en cuando nos refugiamos en contarnos avatares y batallas personales que de sólo contarlas nos hacen navegar en un bálsamo de paz y liberación. No entendemos a los hombres y ellos hacen todo para que lo hagamos alguna vez.

Yo estoy convencida de que el roto y el descocido es sólo un tópico porque si he de esperarme para seguir encontrando mi descocido hace mucho que nadie me hubiera roto... que es un decir, por supuesto. Alma está saliendo con un cubano, ha encontrado la felicidad momentánea. Le acabo de ver hoy por la tarde y le pregunté por aquella pequeña erupción que se nota pobremente, pero que se nota, en su mentón y no se cortó en decirme con voz queda y señalándome con la mirada las partes bajas: Es que el cubano se afeita ahí.!!!... Suficiente -le dije-, dibujé la mejor de mis sonrisas y un repentino gusto por Cuba empezó a recorrerme el cuerpo, pero ella haciendo caso omiso a mi interjección tuvo el descaro de seguir con su platica diciéndome que el mentón ya no le dolía tanto y que ahora empezaba a tener problemas para sentarse... Por supuesto que no quise preguntar más al respecto pero ella prosiguió su diáfano soliloquio diciendo: Donde me duele es más atrás!

Por favor! Que estupendo son los cubanos!! Ya empezamos la tarde con sexo y demás historias de lo que nos dejamos hacer porque quieren ellos o porque queremos nosotras o porque queremos ambos... pero que queremos, queremos todos!!

Por su parte Sara no ha hecho más que empezar, es feliz y muy feliz sóla, no hace más que decir que no habrá hombre hecho a su altura; pero lo que más le molesta de los hombres es y sobretodo aquella fase anal no superada por muchos y que la pone nerviosa y horrorizada.

Todas al unísono nos reímos a carcajada amplia. Irene insiste en que ella solo quiere regalar paz, que no quiere que nadie, absolutamente nadie, le traiga problemas. Ella esta acostumbrada a irse a la cama con el mismo si se puede, puesto que ya que lo conoce para qué romper el esquema que funciona..? Algo así se pregunta cuando Cesar quiere ser su novio y ella le responde que ni loca rompería el esquema que tiene muy bien montado y que funciona a la perfección. César por su parte es un ávido amante al que se le nota ciertas dosis de temor cuando está junto a Irene. Su iniciativa se ve aplacada, vamos, que no hace gala de ninguna, pero todos creemos que podría ser un buen marido en potencia.

La tarde es virgen y lástima que no podamos decir lo mismo de ninguna de nosotras y de paso de ninguna y ninguno de aquel café. Estamos exhaustas, nuestros trabajos nos van a matar y serán los hombres los que nos den santa sepultura con eso de que todo se lo toman con mucha calma y pasividad, normal...... primero es el fut y luego lo demás, y lo demás es el sexo por el sexo que sino existe es porque algo está pasando... Fútbol y sexo, buena dupla si no eres un ente emocional. Nosotras pensamos y pensamos y nos envejecemos tratándole de dar solución a nuestros pequeños trastornos emocionales que merecen atención pero que el ser en cuestión está perdido entre el minuto 44 y el minuto 47 del tiempo suplementario de la Eurocopa o la Champions o El Mundial...Vamos, lo que fuere y que se juegue en un campo y se use un balón. Pero hay de los modernos que no han hecho más que aferrarse al internet y la vida circula entre la tele encendida, pero ojo! sin volumen, y el portal Yonquis que trae de todo para reírse y unas cuantas mujeres desnudas en poses q luego nos harán repetir a nosotras en nuestras respectivas habitaciones.

En fin... ahí seguimos nosotras tratando de arreglar nuestros pequeños mundos personales. La otra vez le regalamos a Irene un consolador personal para que lo comparta con su chico pero... aún no lo ha probado, en todo caso se acaba de dar cuenta de que no recuerda en dónde está lo cual puede ser que César lo esté usando sólo, que sería grave -nunca estuvo entre sus planes estar con un bisexual- o con otra chica, que sería lo más lógico y lo mejor, así se lo quita de encima un poco.

Sara no tiene miedo a la soledad, después de un matrimonio de 7 años todo va y le resulta estupendo y curioso, conoce chicos, hombre apuestos, tan importantes como ella, pero ninguno le ha cautivado tanto como para dejarse llevar o enamorar. Su corazón es fuerte y ella lo sabe, con lo cual le da exactamente igual uno que otro, aunque si tuviera que elegir, elegiría al más cabrón porque tiene siempre muy mala suerte la pobre...

Yo por mi parte no tengo mucho de que quejarme aunque mi concepto del amor se ha visto trastocado después de algunos intentos catastróficos por ser medianamente feliz y normal como el resto de la gente. Pero les comento a mis amigas algo de lo que estoy convencida: Ama a un hombre con todas tus fuerzas, demuéstraselo y acto seguido se irá con otra!!! Porque así es el amor, no lo sabemos apreciar nunca, ni cuando lo hemos perdido siquiera. Alguna vez nos da el remordimiento de haberlo dejado escapar pero si se tratara de una mujer, estaría buscando la manera de recuperarlo; pero cuando se trata de un hombre es muy sencillo: Al rey muerto, rey puesto y punto final!

Ya no sabemos si creer en ellos o no, en lo que nos dicen y nos cuentan. En si en serio somos la mujer de su vida, que nadie nos separará dijeron algunos y luego, mas tarde, se convirtió en nada, en puras palabras que el viento no ha hecho mas que llevarse. Habrá que disculparlos por todo esto porque no dejan de ser eso: Unos pobres hombres que no saben lo que quieren y que cuando lo tienen no saben que hacer con ello...!!!

El problema de todo esto es que somos nosotras las mujeres quienes educamos este tipo de personalidades... aunque me aferro como a un clavo ardiendo al decir que LA SOCIEDAD TIENE MUCHO QUE VER!! ufff...!!! esto me da cierto atisbo de tranquilidad. No quiero ser una madre en potencia educando al futuro ex marido de una hija mía... ¿me entendéis verdad?

Pues eso, sólo quería contarles mi experiencia de esta tarde en el esplendido Café Vienés. Estoy a escasos 20 minutos de irme a la cama. Hoy ha sido un día intenso y de vez en cuando sigo mirando mi zapato de Gloria Ortiz deshecho y desarmado por el maldito puente. Me arrepiento de no haber sacado el tacón aguja que se quedó entre las maderas laqueadas... tengo pensado ir mañana a por él. Me voy a la cama y espero no despertar al que hasta el momento es el que me hace feliz.... mi perro Tobby.... y es que a falta de calor buenos son los perros.

Hasta la próxima!