I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

lunes, noviembre 15, 2010

Quiero y no quiero ser

Voy a hacer lo que quiera. Bueno, siempre he hecho lo que se me ha dado en gana, pero ahora lo haré más si cabe. No quiero palmaditas en la espalda, renuncio a todo. Me retiraré de la vida pública, de escribir en esta página, para convertirme en una ermitaña a la que las leyes, el orden y la justicia no puedan tocar. Quiero saltarme las reglas cada día y fingir para que los demás estén a gusto, irme a la cama sonriendo de haberlo hecho y de que he hecho feliz a los demás porque dije un montón de mentiras con las que también me he quedado a gusto.

Voy a convertirme en esa persona que no merece la insignia de haber ganado algo. No quiero pertenecer a ningún coro de iglesia ni estar bajo la consigna de un partido político. No deseo estar regida por algún dogma que otros hayan inventado, para ello estoy dispuesta a recrearme en mis propias normas, no sé si es válido pero desde luego luce más divertido.

No, no merezco formar parte de ningún grupo privilegiado ni de eruditos ni tontos ni un club de pijos o de simples desafortunados. Si por haber hay gente mucho más inteligente e interesante que yo, sin duda alguna. Esos, los inteligentes, son capaces de fundamentar con bases pensamientos y filosofías aceptables; y los interesantes están en las mejores fiestas, en el lugar más guay. Que ellos formen esos grupos "tops". Sin dudarlo, no me merezco ningún reconocimiento si hay otros que lo hacen mucho mejor que yo e incluso frecuentan lugares mega in. Si por ser, nada soy, y por tener, nada tengo, no puedo ser guay y tampoco pretendo serlo. En todo caso tendría amigos guays con los que ir a esos bares tops y tener conversaciones super inteligentes.

Hay gente lista, sobre eso no hay que vacilar, que les den a esos listos todo lo que podría yo obtener y a duras penas. A los pensantes, a los dirigentes, a los intelectuales, a los bancarios, a los presidentes, a los listos ¡Ya lo he dicho!. Que todos ellos se lleven los halagos, el reconocimiento, el poder, la aceptación, el dinero, yo, por mi parte, no quiero nada, quizás solo paz, tranquilidad y alguna que otra invitación para fumarme algo ilegal.

Además ¿Para qué? Si el que tiene dinero la mayoría de veces no tiene amigos sino aves rapaces que buscan comerle hasta las entrañas por ese dinero. Albacoras, pseudos confidentes, aprovechados. El que tiene poder, no lo tiene en casa. Allí es un pobre "pringao" de medio pelo, al que sus más allegados no le creen ni media palabra y sólo se siente poderoso jodiendo al más indefenso. Si te descuidas algunos pensarán que para obtener todo aquello algún favor obsceno habrá tenido que hacer. No, yo no quiero un poder que es aparente y que funciona sólo con algunos, si he de tenerlo quiero que sea sobre todos, pero eso, eso es una utopía. Miren como terminaron Pinky, Cerebro y Napoleón: sin conquistar el mundo.

No quiero ser de derechas ni de izquierdas ni siquiera comunista ni peruana si por ello me van a catalogar. Además el de derechas nunca es demasiado diestro pero el de izquierdas si que es bastante siniestro. El comunista que muere por sus ideales tiene puesta unas Nike, bebe bourbon y cree en un Mao, en Marx y en un montón de pendejos que ya no están, como el que cree en Jesús, en Alá y Buda. Yo creo en Los Baseballs que sí que los he visto.

Sigo. El ecologista tiene tiempo libre para ponerse a discutir y a pelear por una vaca o un salmón, una ballena o una piel de oso. En todo caso, si fuese algo, quiero ser ecologista porque tienen demasiado tiempo libre para lucha por sus ideales, en todo caso me faltarán los ideales. ¿Para qué ser presidente de un país si cuando lo eres son los demás los que toman las decisiones? Un presidente solo resulta ser el muñeco de turno, la marioneta de otros sedientos de poder. El que es presidente no quiere serlo más, quiere dimitir, no salir en las fotos y no estrecharle la mano a otros que también desean salir huyendo de casa presidencial. Sólo los inadaptados sin vida privada buscan eternizarse en el poder, es de saber que en casa nadie les espera. Si fuere la situación quiero ser presidente pero de Argentina, allí puede pasar de todo sin que nadie haga nada, puedo comer toda la carne que me apetezca y que no he comido durante este año y de paso conocer a algún argentino de todos aquellos que están muy buenos.

¿Para qué tener un cargo importante sino? Ser bancario, gerente, productor, de esos de dinero si eso significa más trabajo cada día, menos horas de sueño y más horas fuera de casa con reproches familiares, hijos adolescentes insoportables a quienes hay que tener contentos y sobre los que no se tiene autoridad; y una mujer con un amante a los que hay que mantener. En todo caso si fuera algo sería la mujer con el amante.

Para qué ser escritor, Nobel, si siempre hay alguien que ha escrito un libro mejor, que se cree que merece ese reconocimiento, ese halago, ese cheque con dinero, esa editorial que llega a todas partes, en todo caso puestos a ser algo quiero ser la dueña de la editorial que es la que se lleva la mejor parte.

No seré nunca catedrática ni pensadora ni filósofa, no quiero ser yo quien diga qué está bien y qué está mal, qué es lo aceptable y lo reprobable, quién merece eso y quién merece aquello. Las cátedras y filosofías funcionan sólo sobre aquel que las cree, que las hace suyas, y no, no deseo me crean nada, se vuelvan obsesos de teorías, locos perdidos por libros que algún ocioso escribió e incluso maten por ello como ocurre con las religiones y teorías absurdas. Aquí y sobre eso no me apetece ni siquiera estar en la frontera de poder ser nada.

Seguiré en mi línea, siendo lo que quiero y no siendo nada, desechando todo aquello que a mi parecer le quita la gracia al hecho de ser único. Si para ser único no hay que ser nada, entonces nada seré, que los demás, aquellos ansiosos, los listos, los inteligentes se lo lleven todo: el reconocimiento, los premios, el halago, la gerencia y la presidencia si ello les hace más felices, a mi que me dejen de molestar y en todo caso, pensándolo bien, puestos a ser alguien y pudiendo elegir quiero ser como mi mamá.

Lessar

Para aquellos que no quieren ser nada pero gustan de escuchar buena música!!



Para todas las que nos molesta incluso ir con sujetador!

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