I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

jueves, agosto 20, 2009

El concepto de los putos

He repasado las veces que escuché aquel concepto de la chica fácil y el chico hobby player, las veces que alguien dijo esa es un putón -y si es en España putón verbenero-, y ese chico es un macho ibérico, la diferencia entre ser mujer y tener “pilila”, la diferencia de no saber que ninguno es peor que otro, de no saber que son simplemente argumentos cargados de estereotipos.

La leyenda de ser un chico o chica fácil puede referirse y determinar a todo ser humano con emociones y con “ganas de”, no importa en regla general quien juegue con quien o con qué, no importa qué hagas dentro del contacto íntimo, la diferencia la marca el nickname puesto a posteriori de haber actuado de igual manera ambos sexos.

¿Qué hace que seas un putón? La gente. ¿Qué haces que seas un putón? Las demás mujeres, y he aquí las responsables de nuestra propia desgracia, de nuestra propia aniquilada reputación, del peor concepto de nosotras mismas, nos hemos convertido en nuestras peores verdugas. Quizás el concepto de otras chicas, de esas que a su propio entender se hacen “respetar” tiene mucho que ver en la formulación de este tipo de acepciones, lamentablemente son las primeras que llaman putón a las otras que no siguen la misma consigna de "buen hacer", por llamarlo de alguna manera; luego está la valoración masculina, no olvidemos que para sentirse macho a veces es necesario proferir determinados apelativos para animar la conversación y no dejar lugar a dudas de la hombría, y por último, entre otros, la absurda mentalidad de las mujeres de verse más honrosas mientras menos se dejan tocar una teta por el macho en cuestión que lleva tiempo pretendiendo sus carnes y van por doquier aguantándose las ganas como un acto de buenas costumbres, claro "aguantarse" está mejor catalogado que vivir la sexualidad como quieran y con quien quieran.

Hace un par de meses escribí sobre drogas o qué se yo, vamos, algún tema a mi juicio inocente y hasta estúpido podría decir y un familiar muy cercano en una conversación telefónica me dijo que escribía huevadas, que cómo podía hablar de esos temas. Yo que sé, imagino que en su mentalidad de padre de familia, con ganas de demostrar que es el mejor frente a sus hijos, no le da por pensar y/o aceptar que las drogas existan y demás cosas, bastante más peligrosas, dicho sea de paso, también. Ahora me resulta difícil tocar el tema de la sexualidad sin que nadie llegue a ofenderse, sin que a determinadas mentes, y no quiero ser yo la que las determine o les dé un calificativo, les suene brusco, demasiado directo o demasiado putón. Hay que ver, y es una realidad latente hoy por hoy, que una joven que viva su sexualidad no tiene absolutamente nada de malo, no habría que quedarse en cuantos son o fueron, el número de hombres no es importante; sin embargo, parece ser que para el resto del vulgo, para el ciudadano de “a pie de bares”, de ese que se lleva a alguna a su cama, le sigue resultando una cuestión importante pero para ese y para todo el resto de gente; y no se ha podido, aún con el paso del tiempo, de dejar de utilizar la palabra putón para referierse siempre a las mismas personas: las mujeres.

Ahora bien, ¿Qué hace que un chico sea un puto? Nadie. Repito ¿Qué hace que un chico sea un puto? No existe argumento alguno que nos lleve a tal mención. Ninguno, simplemente esos no existen. Y no, no creo que sea así, ya he conocido algunos que han perdido la cuenta de con cuantas mujeres se han acostado, de los que encima van regalando papilomas y mierdas varias por eso de que con condón no es lo mismo. Muchos que se iniciaron en el camino de la sexualidad sin ningún tapujo ni mucho menos un qué dirán por detrás. Muchos que van orgullosos de contar las veces que se han acostado con alguna y a los que nos les dan un sobrenombre despectivo por hacer lo que hacen siempre: levantarse a las que quieran y cuando quieran.

Entonces lo de ser puta y puto es verdaderamente relativo, no tiene nada que ver con hombres o mujeres, tiene que ver con mentalidades, con conceptos de alguna “modosita” a la que le hierve la sangre cuando ve que otras se lo pasan mejor sin enfermizos cargos de conciencia porque éstas últimas tienen claro que ejercer la sexualidad no es un crimen en lo absoluto. Tiene que ver con la mentalidad oportuna de esa que le da por quitarle hierro al asunto cuando convenientemente es propicio y se habla de hombres, puesto que lo de ser puto con "o" no existe ni existirá, existe el macho, el galán, el guapo, el matador. Existe el conquistador, “el que se las sabe todas”, el gil, es otra cosa…

Es complicado enfrentarnos a la decisión de hablar con propiedad de las personas y procurar quitar de nuestro vocabulario palabritas y “títulos” despectivos, dejar de entrometernos en lo que hacen las personas de su vida sexual, su vida intima, que mientras la disfruten con ganas esta perfecto, es difícil pero eso –las cuestiones estrictamente personales- no le interesan a nadie, por lo tanto no debiéramos de propinar apelativos insanos y mal metidos que determinen o cataloguen, que marquen, porque si es así para unos debiera ser así para todos, ¡la eterna lucha! tanto hombres como mujeres, tanto putas como putos, o todos catalogados o ninguno señalado, es lo que tiene vivir en democracia, es lo que tiene vivir en libertad.

By Lessar