I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

viernes, agosto 27, 2010

Quedarse y secarse

Hubo un día en el que no recordé nada de na'. Un día en el que dejándome llevar por la catástrofe razonada y natural me dejé arrastrar y llevar como marioneta manejada por cualquier tercero con ganas de jalonear mis extremidades y de reventar mi corazón hasta quedarse saciado el muy pendejo.

Hubo un día en el que en medio de la noche descubrí que estaba dejando mis pocas ganas y entregando las herramientas muy personales, de esas que me ayudan a respirar y a seguir presente en la vida de todos, en la política, en la mía, en esta orilla y en la otra que no se refresca, estaba dejando mis armas para dejar de combatir sólo porque hubo alguien que partió sin mi hacia esa orilla llamada paraíso.

Mi espíritu dolido y delicado se desvaneció frente a mis narices, y en una calurosa noche de verano reciente empezó a estremecerse dándome señales de pronta huida o ausencia. Mi espíritu que es poco explicativo, no se expresaba con vocales ni consonantes, se expresaba con bascas y regurgitaciones indicándome una toma de decisiones urgente y necesaria, ese espíritu me dijo no!

A la mañana siguiente a esa noche estuve en el hospital, me interné y decidí salvar a mi espíritu aquejumbrado, a mi cuerpo molido de penas y dolores varios, a mi mente de los padeceres sin remedios, decidí salvarme de la agonía de soportar aflicciones que se curarían con el tiempo. En la casa blanca, en la que todo se cura, probaron inyectar mi cuerpecillo de todo tipo de líquido elemento blanquesíno que despertara al fantasma en el que me había convertido. Todos esos líquidos revitalizaron mi mente y abrigaron ese espíritu que horas antes esperaba inerte el encuentro con mi madre a quien tanto extrañaba.

Hoy recuerdo que fueron muchos días en los que pensé no hacer nada, hoy recuerdo que quiero seguir entre todos ya sólo para poder escribir.

Lessar