I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

lunes, abril 25, 2011

Mi propio Camino de Santiago

Mi madre fue una mujer piadosa, yo no, para nada, esa precisamente no es mi marca particular. La creencia no forma parte de mi día a día ni es mi fuerte, no es mi característica ni la mayor de mis virtudes, por el contrario soy una agnóstica declarada (ojo no es un credo, es un método) no me baso en las creencias divinas si no hay forma de comprobar nada; creo que en otras palabras tengo ausencia de Fe, no tengo fe ciega, pero no desesperen, no lo hagan,  por el momento vivo bien y esto (mi agnosticismo) no me hace perder el sueño. Ahora bien, yo nunca he dicho ni me he creído demasiado lista, mi madre si que lo era y se equivocaba pocas veces, así que si mi madre era creyente entonces habrá que serlo aunque sea y solo por esta ocasión.

Llevaba tiempo pensando en la posibilidad de hacer la ruta denominada Camino de Santiago, sé que la ruta no depende de cuan creyente eres o no, de si profesas una religión o no, sé que es mas bien un "algo" que se asume y se vive muy personalmente, cada quien le da el sentido que desea, cada uno lo vive de una forma muy particular. Desde que Zigor y sus amigos: Diego, Aitor y demas hicieran  el Camino en bicicleta, lo de ellos fue ochocientos kilómetros, surgió en mi la intención de hacerlo, no sabia si sola o acompañada, no sabia cuando ni desde donde, no sabia siquiera si era un planteamiento en real o un pensamiento solitario, loco y pasajero que rondaba por mi cabeza una y otra vez, hasta que un día y ya tomándomelo en serio después de ir por allí, volver por acá, haber caminado laderas y subido algunas montanas me prometí a mi misma hacer el Camino de Santiago fuera como fuera.

Ya estaba en la fase de: Quiero hacer el Camino pero aun me faltaba el por qué debía o quería hacerlo. Cualquier excusa es buena si lo que queremos es autoconvencernos, con que nos lo repitamos una y otra vez hasta la idea mas absurda sonaría a sensata. En este caso, mi caso, no tenia que ser una justificación rápida ni verse como una idea de ultimo minuto. Después de mucho pensar encontré la razón de mi viaje: un nuevo empezar bajo el reto de poder, en soledad, caminar doce días por lugares desconocidos durante 278 kilómetros. Quizás el pretexto no era otro que el poder comprobar que hay cosas que puedo hacer cuando alguna vez pensé que jamas me atrevería. Terminé por aprobar que el Camino, mi camino, seria una prueba física y de resistencia.

Bien, ya tenia mi pretexto. Ahora a preparar el equipaje. Mientras me tomaba días en Escocia en los que subía y bajaba montañas pensaba recurridas veces sobre lo que haría las semanas siguientes en el Camino que me había propuesto. Mientras caminaba cuesta arriba le daba a la cabeza que pensar: Una prueba de resistencia... claro, pero hay algo que termina por faltar a este nuevo proyecto, me decía incansablemente. ¡Eureka! Haré el Camino como parte de una metamorfosis personal, con el fin de cambiar cosas en mi que no me gustan. Será la oportunidad para y a través de un razonamiento introspectivo juzgue y valore la persona que soy ahora y lo que me gustaría cambiar. Perfecto! ya tenia entonces mi segunda justificación para esta nueva aventura, la parte filosófica.

Mientras subía el Ben Nevis (1320 mts) en Gran Bretaña surgió otra idea y quizás la mas coherente de todas. Después de sentir en mis piernas mucho cansancio pensaba en mi madre, en las veces que hablábamos por teléfono y de las risas que nos echábamos.  Así  que me dije: Déjate de tonterías y el Camino de Santiago tengo que hacerlo en memoria de Coco, mi mama, ya que no tuvimos la oportunidad de despedirnos y porque estoy segura que a ella le hubiera hecho feliz.

Como les dije mi madre fue una mujer muy piadosa, muy piadosa y muy creyente, yo no, para nada; ella  ya no está mas aquí para reirnos, para hablar y conversar, pero sé y no lo dudo que  ella, mi mamá, andará conmigo desde Astorga a Santiago de Compostela, a lo largo de esos 278 kilómetros, acompañándome y riendo conmigo como de costumbre.

Empezare el 4 de mayo, terminare el 15 de mayo día en el que mi madre cumpliría años.

Buen Camino,

Les