I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

martes, enero 09, 2007

La 224-B

Corrían comienzos del año 96, llevábamos 15 años de violencia en nuestro país y, o la gente hacía colas eternas a las afueras de las embajadas para acceder a un pasaporte salvador que les sacara hacia el extranjero, o nos quedábamos estudiando en algunas de las universidades del entonces alicaído Perú.

Había que elegir el alma studiorum universitaria. Casi no importaba el qué sino el dónde se estudiaba. Así ocurre que, por caprichos del destino, algunas mentes jóvenes y pensantes coincidimos en la carrera de comunicaciones de la Universidad de Piura.

Hago este breve relato por algún sentimiento de culpa reconocida. Mi mente guarda recuerdos interesantes y dignos de ser contados de épocas universitarias en las que todos, ahora colegas, alrededor de una mesa participábamos como elocuentes camaradas y amigos. Mis amigos que no veo y ni siquiera escribo. Amigos con los que compartí grandes momentos, eternas noches de estudio, “largos cafés” de cafetería, copiados “suficientes” de prensa, y demás historias que no vienen a cuento mencionar.

Ha pasado el tiempo, y miren que ha pasado, que de aquellos “cachimbos” de camiseta verde* no he vuelto a saber demasiado. Como es normal, después de terminar los estudios, cada uno tiró por su lado. Ni siquiera nos pusimos de acuerdo en el lugar en el que viviríamos. ¡Zarpamos y nos separamos!. Ningún negocio juntos, ni siquiera nos “liamos” entre nosotros. Éramos amigos. Fue curioso, no salieron parejas de nuestro grupo, y menos mal puesto que el sexo opuesto masculino escaseaba, así que vino bien no tenernos que disputar a ninguno de los dos “machos” que conformaban la manada.

Tardes memorables y otras no tanto. Las separatas de Antonieta Brahim superaban cualquier lógica de estudio. Momentos de examen. Sonidos de máquinas de escribir que no cesaban después de tres horas de dar el “pistoletazo de salida”. Frases lapidarias: “El arte es verdad, Dios es verdad, entonces… si Dios es verdad, Dios es arte” ¡¿what?!; o el “Tampoco vas a creer todo lo que te digo”. Aquellos libros que leíamos algunos y recitábamos para el resto una hora antes de cualquier parcial.

¿Que será de vuestras vidas? No he podido seguiros los pasos. Lorena, Lucho y Ofelia son con los que más tengo contacto. Me encantaría poder quedar con ellos para tomar un café, pero no es posible. Decidimos separarnos. Alemania, Perú, EEUU respectivamente. Buen recurso es el Messenger o una llamada aislada de vez en cuando, de cuando en vez. Lorena, ahora es madre y seguro dentro de nada vuelve con fuerza al periodismo. Ofelia, trabaja en un periódico. Lucho es asesor de la segunda Vicepresidenta del congreso de mi país. Carolina, fue madre también, suelo ojear las fotos de su pequeño Alessandro. De Boro, Blanqui, Mariajo, no sé nada. No les puedo contar mucho porque desconozco incluso su paradero. El “clón”, lo ví este pasado diciembre en Piura. Trabaja en Paita, está guapo como siempre. Pregunta: ¿Narthya volvió a parir?, de ella si que no se absolutamente nada. Finalmente, yo que vivo en España y redacto páginas de un blog que nadie lee. Me dedico a “vivir”, les cuento mis historias y comparto con ustedes mis sentimientos de culpa.

Fuimos pocos pero amigos, mientras y después, amigos. Los que nos comeríamos el mundo. Los de las tardes de café, los de las risas y estudios “pucho en mano”. Amigos, de lo que tengo y guardo los mejores recuerdos. Mis amigos…la elite de la 224-B.