I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

martes, agosto 04, 2009

Otra vez es solo un amigo...

El acuerdo tácito entre dos no existe o ¿si? Los acuerdos de “hasta aquí nada más y lo demás es pura fantasía tuya” tampoco o ¿si? Nunca sabemos hasta que punto alguien está interesado en uno, y ya no digo al 100% sino al menos en un 50%; o por el contrario sólo te has convertido en un divertido ligue de fin de semana con sección “cama incluida” -teniendo en cuenta que esto es lo que se lleva en estos tiempos en los que nos hemos convertido en unos regalones y facilotes-. Es difícil determinar cuándo es una relación que va en camino de convertirse en “la relación” o si para él o para ella es solamente un cúmulos de noches “con derecho a” en los que a lo mejor necesitaba sentirse importante, desfogar por la vía divertida o simplemente ensalzar el orgullo lastimado por una relación pasada finiquitada en malos términos.

Las relaciones “actuales” entre dos son cosa para entendidos en el caso de querer llamarle relación -digo yo- porque aún es complicado definir cómo se llama a cuando dos personas se gustan, se van a la cama juntos, se lo pasan bien, incluso son amigos, pero que no deciden dar un paso más adelante sino que por el contrario se escabullen con etiquetas de “es solo mi amiga o amigo” aunque se relaman y retoquen, compartan fluidos y demás historias de cama (de esas que sueles contar como para romper el hielo), pero que aún teniendo todas esas cosas a su favor no terminan por concretar nada y se da por entendido que para ellos existe el "y nada mas..."

Este tipo de ahora “común relación” lleva a caminar entre dos caminos. Uno, el del “romance y la pseudo relación”, nos creemos que estamos en una relación porque nos llama, nos reímos, nos vamos a la cama y pasan cosas que pasan entre gente adulta, y/o adolescentes calentorros, situaciones que alimentan nuestro sentido de apareamiento; y otro, un segundo camino, que se caracteriza por ser el de “solo es sexo, no hay amor” por lo tanto tampoco relación; pero sin embargo te sigue llamando, os seguís riendo, os seguís contando historias de cama y seguro uno de los dos, pongo mi mano al fuego que lo más seguro es que sea ella, ya estará ilusionado esperando a formalizar en cuanto se pueda.

Te sucede este tipo de historia y ya no sabes qué decisión tomar, no quieres “cagarla” con ese nuevo pata, no se vaya a espantar de tanto que lo buscas pero, a su vez, tampoco deseas que pierda el interés ya que se ha convertido en ese “por si al caso” necesitamos de alguien con quien pasar una noche divertida “sin complicaciones”. Qué difícil es determinar qué hacer o cómo comportarse. No lo puedes llamar porque a lo mejor se alucina que estás desesperada, -que seguro que sí pero tampoco es cuestión de que se entere- no la puedes invitar a salir porque se podría “alucinar” contigo y tampoco es para tanto que para ti es sólo un momento de placer con el que quedarte tranquilo. En fin… que ya no es lo de antes, me gustas, salimos y ya está! andamos por la calle de la mano y te niego si otra chica o chico ose seducirme (para quienes les guste la aventura) Ahora mismo esta misma situación ya no sucede puesto que ya no se está en una “relación formal” entonces como consecuencia no se engaña ni se niega a absolutamente a nadie.

Cómo lo presentas es otra de esas interrogantes. Vas por la calle, encuentras a unas amigas, tú vas a lado de él y ellas contentísimas porque por fin has pillado macho y no te quedarás solterona, con suerte serás madre, mayor, pero madre, te preguntan por el nombre de tu nuevo galán – y cuando dicen nombre realmente quieren decir “status”, que lo sepáis- y a ti no te queda de otra que mirarlo a los ojos y decir, es Juan –o Pepe o Pacho- y es… -miles de respuestas se te viene a la cabeza: amigo con derecho a roce, choque y fuga, plan cachorro, mi rollo, marinovio etc. etc. etc.- solo un amigo… ¡¡Ta ta ta ta ta taaaaaaaaa-a-a-a-a-nnnnnn!, tus amigas te miran, otra vez no tienes algo serio sino un rollito de cualquier cosa, se sobreentiende que no pueden preguntar más y que has sumado uno más a la lista de “este chico es algo pero no sé exactamente qué es ese algo”, lista que iniciaste después de fracasar tu decimocuarta relación formal con uno al que quisiste mucho pero que no funcionó acto seguido te consolaste en los “amigos” con los que ya tenías confianza y que sabías pasarías noches interesantes de pasión recontra contenida. Luego el tiempo ha pasado y ha seguido visitando tu casa y tu cama con más frecuencia incluso que antes, has adoptado una nueva expresión para diferenciarlo de tus amigos tradicionales, con lo cual ahora tienes amigos y “amigos” por supuesto sin olvidar de hacer el ademán de las comillas siempre que los menciones a estos últimos.

Vamos súper rápido siempre, rápido para todo, el amor y las relaciones no son una excepción. Conocer a alguien y meterlo repetidas veces –que no sólo una- en tu casa –luego las pasas putas para sacarlo de ella-, rápido para ilusionarnos cuando es sólo eso: un “amigo o amiga” sin mayores pretensiones de nada, no habrá relación de por medio ni podrás salir con sus amigos o amigas porque eres “el plan caleta”. Los comienzos gloriosos de aquellas historias de esas en las que te lo quedas mirando mientras estás sentada sobre un muro con los zapatos en la mano a tempranas horas de la madrugada sin que llegase a pasar absolutamente nada no tienen nada que ver con el “aquí te pillo aquí te mato”. Ahora te lo encuentras, lo pillas y al día siguiente no quieres ni darte media vuelta en tu cama porque deseas que todo haya sido un sueño y que ese chico que te pareció tan mono la noche anterior, fruto de tropecientos tequilas en tu organismo, no esté del otro lado de la cama, esperando tomar desayuno contigo y queriendo quedarse el domingo entero en tu depa’ ¡Por favor que no, por favor!

En fin… muchas reflexiones sobre las relaciones entre dos y los acuerdos tácitos podríamos enumerar sin cesar. Para mis amigos y para quien les habla resulta divertido discernir sobre estos temas de parejas. Nosotros durante nuestras delirantes conversaciones nos echamos muchas risas y, por supuesto, mucha camaradería encontramos en nuestros consejos y platicas amorosas; pero creo que todos tenemos la misma afirmación: Para los que les viene bien este tipo de “relación sin compromiso” felicitaciones, a seguir adelante; pero para el que no o la que no, sería bueno preguntarle al man o lady que tenemos metido en nuestra cama qué es lo que busca con nosotros, si cree que estamos en “algo” o no, si cuenta o no con nosotros para un plan a medio plazo y ya no pedimos siquiera un largo proyecto; no vaya a ser que por ahí esté rondando el que o la que de verdad esté reservado para convertirse en “el nuestro”, mientras estamos y seguimos perdiendo el tiempo en aquellos, a los que nosotros mismos hemos llegado a etiquetar y denominar como “el amigo mío, el tuyo, el de cualquiera, de tod@s… y nada más”.

Hasta la próxima…