De ex princesas y finales de diarios

A lo mejor y es cierto que la genialidad no termine por aterrizar en mis manos, brille por su ausencia y no se convierta en cómplice de la creación, a lo mejor; pero en todo este tiempo viviendo en Berlín no hago más que mantener el espíritu absorto y las ganas exaltantes aún cuando la genialidad no termine de aparecer. He descubierto que me sigo entusiasmando por lo poco o por lo mucho, por todo diría yo, por lo cotidiano, lo nuevo, el pasado y lo que sucede en el transcurso de mi vivencia diaria en esta ciudad germánica.

Yo vivo en Leopolplatz, barrio de Weeding, al norte de la ciudad. En el tiempo de después de la guerra sería el lado francés del asunto. Estudio a escasas 7 paradas de metro, en el famoso centro de europa o también llamado Ku' Damm, lugar que durante la existencia del muro constituía la parte centro de la Alemania Demócrata. Un lugar fantástico, con mucho movimiento y vida alrededor.

Cada día despejo horas de mis mañanas o mis tardes para pasear por entre las calles de este Berlín. Ir al zoo, al museo, y recorrer kilómetros de avenidas en busca de algo para comer. Cada fin de semana voy a Alexanderplatz que correspondería al centro también pero esta vez de la Alemania Comunista. Yo en Alexanderplatz soy feliz, así de simple y de directo. Estoy enamorada de aquel centro urbano, de sus inquietas calles y los olores de las wurst calientes que salen desde diversas casetas matutinas. A eso voy, a comer wurst y beber glühwien (vino caliente) para quitarme el frío de encima. Luego voy andando a lo largo de la Unter den linden (bajo los tilos) que es el paseo más famoso de Berlín y lamentablemente conocido por los desfiles militares que organizaban los nazis con sus antorchas y banderas. Empieza a la altura de la iglesia protestante y lleva hasta la famosa puerta de Brandenburgo, lo interesante de la cuestión es que creo todos, absolutamente todos, quedamos enmaravillados con lo que a nuestros ojos aterriza y aprecian en lo que fuera el límite de ambas Alemanias. Es obligatorio dar un paseo por la Unter den Linden y darse un respiro para admirar la vida de negocios de la FriedrichstraBe y como no hacer una parada, casi obligatoria, en el Einstein kaffehaus para degustar la famosa tarta vienesa "sacher", aquí me siento yo con mis libros, mis papeles, mi diario y les escribo post como estos.

Yo continuo andando porque el final del trayecto está por llegar que es un lugar llamado Potsdamer Platz que correspondería a unos de los lugares también más emblemáticos durante la existencia del muro y la caída del mismo. Al día de hoy la marca en el suelo en donde estaba el muro existe, a lo largo de los 40 kilómetros de recorrido que tuvo el muro se pueden apreciar unas señas simbólicas que nos recuerdan el pasado de Berlín.

Los alemanes para mí: buena gente, acogedores pero sobre todo muy respetuosos. No sé si porque me ven de afuera me tratan con más delicadeza, a lo mejor al local no le dan ni la hora, no lo sé; pero a mí siempre me han gustado los alemanes (no seais mal pensados) me gusta su cultura, su comida, el spätzel, los bollets, y demás cosillas variopintas listas para ser engullidas a cualquier hora del día, porque esta ciudad, señoras y señores, no duerme jamás de los jamases.

De lo interesante mucho: el barrio de Kreuzberg o también denominado "Mini Estambul", Schönenberg, Warschauer, Treptow, Mitte y así un sinfin de lugares para conocer, bailar, y sentirse bien. Ahora me dirán ustedes que no tiene nada que no tenga otra capital europea como París, Madrid, Viena o Roma y efectivamente es cierto, pero a diferencia de aquellas, Berlín es una capital pobre en donde ha pasado mucha historia, entre ellos una guerra, hay que tener en cuenta que para finales de la II Guerra Mundial quedó en ruinas al completo; pero como diría Lorena esta ciudad además de tenerlo todo aunque pobre es sexy, arm aber sexy, es que seduce incluso hasta al mas cauto y lo termina enamorando.

Así es mi vida aquí, así es Berlín. En breve se termina este diario que se iniciara en el festival de cine de San Sebastián, para luego trasladarse a Sintra en Portugal, pasase por Praga, en República Checa, Cracovia en Polonia, Auschwitz-Birkenau para arribar a Berlín en donde debía de estudiar (que por cierto, los estudios fantasticamente bien); pero no termina sin antes bajar hasta Munich y Ausgburgo. Luego tren dirección Estrasburgo, París para finalmente arribar a Hendaya, frontera con España, en donde descansaré este cuerpo curtido de experiencias y de cosas nuevas y espero de imaginación para echar a andar mi nuevo proyecto. Desde allí, España, prepararé en un mes la próxima incursión por la ruta del Salkantay que me llevará entre otros a atravesar el cañón del Cotahuasi; pero hasta ese entonces aún seguiré en el camino de contarles historias haciéndolos partícipes de todo aquello de lo que piense, sienta o simplemente se me ocurra.

Ich möchte etwas in deutsch sagen. Alles Berlin ist super. Ich habe eine gute erfahrung gehabt. Dieses ist meine zweites mal im Deutschland. Die erste mal war mit Tania in Stuttgart und war gut, sehr gute; aber dieses mal war es anders, nicht besser, nur anders. Ich würde gerne ein post in Deutsch machen, aber ist möglich? Ich wisse nicht, das ist ein bissen kompliziert. Ich habe viele Menschen getroffen, sehr gute Menschen. Vielen dank, bis zum nächsten jahr!!! (is richtig, ich hoffe ja)

Un saludo desde Berlín, hasta otra!

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