I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

martes, febrero 24, 2009

La piedra en el zapato

Todavía estoy extrañada o mejor dicho mortificada por la nota que publicó el diario Correo de Lima referente a la cacería de inmigrantes en España. No es agradable saber que eres una cuota diaria o mensual a cumplir por parte de los efectivos del orden, cuyo trabajo parace ser también el de "recolector de trofeos"... y ya pasando de esto, lo que más ruin me parece es la cuota y la forma de selección "del paquete" en el que entran marroquies, bolivianos, etc... Es deleznable cuando no mezquino por parte de quien haya sugerido tal improperio o simplemente se haya tomado el trabajo de pegarlo como una hoja récord y recordatorio del día.

Estamos en crisis, y lo sabemos todos, pues se dice que cuando hay para todos vivimos en completa armonía y paz; nos sonreímos y hasta nos parece curioso que otros pueblos hayan decidido arraigar en nuestro país porque, y seguramente, henchidas emociones nos hacen creer que somos los mejores y que nuestro país va bien por eso ellos están aquí. Nuestra capacidad de aceptación crece y nos sentimos incluso mejores personas porque no nos dejamos llevar por esteriotipo alguno.

Cuando las "vacas flacas" nos apremian todo cambia... Sale lo peor de cada uno y como es lógico en el ser humano, buscamos culpables por donde los haya para sentir justificado, en cierta medida o en gran medida dependiendo de cada uno, nuestro resentimiento, miedo y frustración. Cuando las cosas no van bien alguien tiene que pagar las culpas y empezamos a sentir esas "cosillas" que antes no nos preocupaban; pasamos de la aceptación a pensar en que estamos siendo invadidos, que nuestros puestos de trabajo se los llevan otros a los que hay que darles de comer, que son violentos y que están usurpando lo nuestro.

Raquel Vazquez, del servicio de estudios de Caixa de Cataluña, explicó para el diario La Vanguardia "Que la inmigración ha supuesto más del 50 % del crecimiento de empleo" que los inmigrantes han tenido una influencia directa en el aumento del consumo privado y la demanda de vivienda, que son los factores que explican el PIB.

El diario El País publicó en su momento, no hace mas de dos años, que la economía española había crecido en la última década gracias a la aportación de los inmigrantes. Un crecimiento económico del 2,6% anualmente.

Después de dos épocas de tendecia a la baja, la natalidad en España por fin repuntó con la ayuda de la inmigración aumentando la media de hijos por mujer a 1,38% el valor más alto desde 1990. Uno de cada cinco niños nacidos en España es hijo de una mujer extranjera, la mayoría de ellas marroquíes.

¿Y como es que dice el artículo que está colgado en la pared de la Guardia Civil en Vallecas? 35 inmigrantes por día de preferencia marroquíes porque resulta más barata su repatriación.

Y así podría enumerar muchas de las aportaciones que los enclaves de inmigrantes han dado a este país que ahora se lanza a "la cacería". Perez Rubalcaba habla de un malentendido pero... ¿Cómo se puede permitir un malentendido en esos términos? Que hablamos de personas, no de paquetes en los cuales puedes equivocar la cuenta! Gente que sufre la misma crisis, el mismo desempleo pero que, y seguramente, muchos no tienen papeles para solicitar ni siquiera un paro como es debido. Son personas, no números que ahora molestan pero que antes y mientras convenía eran bien avenidos.

Muchos sentimientos se pueden llegar a mezclar en este proceso en el que la gente no cree más en la aceptación, la cara delata el malestar, y no creo que es cuestión de victimismo pero es sabido que cuando hay que apretar de algún lado hay que hacerlo por el lado más débil. Esto es real, sucede hoy por hoy en esta sociedad y de ninguna manera hay que aceptarlo, y por supuesto lo que menos gracia puede hacer es sentirte amenazado por un malentendido de formas y contenidos de algunos pocos que no entienden absolutamente nada.