I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

miércoles, septiembre 08, 2010

Y ya nos llega el otoño

Cuando va terminando el verano a mi las cuentas no me salen; mejor dicho, las cuentas de lo ganado y lo perdido (fijarse bien que primero he escrito ganado con lo cual la visión está resultando positiva). Cuando termina el verano me vuelvo a sentir como en el principio, como en enero, época de balances, de resultados. Análisis de la temporada, lo bueno, lo más bueno y lo desechable. En fin... El hecho es que haciendo las cuentas de lo disfrutado y ganado en este verano europeo no ha terminado de convencerme al cien por cien y ahora les cuento porqué.

UNO: El asunto laboral
Sigo sin tener un oficio fijo. Sigo sin tener un nombre egregio como llamarme. Soy lo que toque ser: periodista, gestora de eventos, ex animadora. Soy de todo y nada a la vez. Aún no he conseguido el trabajo en el cual me eternice y me jubile como las otro cientos de personas que pululan a mi alrededor. Me está costando encauzar mi rubro profesional para, finalmente, ponerle un nombre que me suene convincente, a coro de ángeles. Por el contrario, cada año voy perdiendo más el norte de lo que realmente quiero hacer y es que es muy difícil llegar a ser grande y tomar decisiones.

DOS: Escribir no da de comer
Si sigo en la línea de lo que quiero hacer: está el escribir. A mi me gusta escribir, me gusta leer, me gusta investigar, lo malo es que no pagan ni un peso por dedicarse a este tipo de menesteres. El asunto es tan difícil como sacarse la lotería, más aún si no compras el boleto de lotería. Me explico: Escribo una novela, una novela que he aparcado allí, debajo de mi cama, en donde guardo todos mis papeles porque simplemente la inspiración ha fugado y ha saltado desde el balcón del quinto piso en el que vivo. Mi inspiración se ha suicidado por falta de hambre, de motivación económica (muy importante) y por desidia mal sana. No he avanzado ningún capítulo más y no pienso volver hasta que no halle un momento de relajación absoluta y convencimiento total de que sino me pagan por escribir igualmente debo de hacerlo por satisfacción personal, por el momento la cuestión económica prima sobre la satisfacción personal y punto.

Y es que para escribir hay que dedicarle mucho tiempo al asunto. Un tiempo en el que no generas ganancias económicas y en el peor de los casos no generas siquiera una idea decente para continuar el relato y eso si que es muy penoso. En mi caso hay ausencia de ambos: de dinero y de ideas. Me he enfrascado, a veces pienso que sí es una buena historia, a veces dudo en continuar y escribir la propia, enfadarme con todos y contar las miserias de otros y las propias también.

Pensé que este verano me ayudaría a avanzar en este mi proyecto personal, pero tal como ha ido no me ha dado más que por capitular mi novela y dejarla olvidada debajo de mis otras pertenencias, en el olvido, dándole, eso si, entre la mierda, un sitio preferencial.


TRES: Ya lo decía Ralph Waldo Emerson "La primera riqueza es la salud"
La gastritis me está matando, así de simple y de directo. A estos años que considero pocos los entendidos en medicina, que me toman el pelo y no me dan medicamento alguno, dicen que el estrés está atentando contra mi estómago, y por supuesto pongo fe en ello, lo que sucede es que aún no he visto que me recetaran nada para poner fin a este dolor que hace pierda la cabeza de vez en cuando y de cuando en vez. Entonces me encanta cuando dicen estrés. Me encanta porque yo creo que se toma como la primera respuesta rápida a un diagnóstico poco convincente.

Dr: Es que tú, no sé, como te lo digo...
Yo: si doc. he tenido un mes terrible, mi madre, usted sabe...
Dr: eso mismo ha sido un shock emocional y te ha causado estrés.
Yo: aja, entonces...??
Dr: Ya te pasará.
Yo: ¿Perdón?... pero doc. llevo ya mas de un mes así, no le sugiere que mejor me dé alguna pastillaca para combatir el "estrés" que dice tengo?
Dr: Ah! si por supuesto, toma algo para las nauseas y ven en tres semanas.

Y así salí yo de la consulta: con una botella de Primperan, de paso un electrocardiograma del que aún no se nada, una ecografia, rayos X, medio litro de sangre menos, chute de una bolsita de buscapina y dos de hidratación; a parte de una cita para el ginecólogo (no, que lo de las nauseas no creo sea ningún tipo de criatura creciendo en mi vientre, que las cuentas las llevo y las llevo muy bien); pero para el estrés, para mi diagnostico principal y primario, el urgente, el que me lleva de cabeza, el que dizque me enferma, nada de nada. ¡Qué horror!

CUATRO: l'amour, l'amour
Yo ya de eso no entiendo ni un carajo, creo que el amor no se ha inventado para mí. Tengo un serio problema de actitud con respecto a él (al amor digo), como me rehuye pues yo por mi parte hago lo propio, lo esquivo como puedo, hasta ahora, que me encuentro en un momento crucial en el que tengo que decidir si seguir intentando o simplemente abrirle la puerta para que se marche sin mi hacía donde más le apetece, como si se quiere perder o irse al mismísimo infierno. Estoy en el punto de inflexión, como dirían algunos repipis, y esta inclinación está tomando matices bastante reales. Es la toma de decisiones amorosas más importante de los últimos meses y estoy "casi" convencida de que lo elegido será lo correcto. ¡Adiós tonterías! ¡Adiós desconfianzas. Bienvenidos amores náufragos, piratas de mar salado! (siempre y cuando se le dé por desembarcar sino está jodido)

Me cansé de las esperas, es decir, mi vida sentimental me suena a cualquier canción del Grupo 5 y eso ya es mucho decir. ¡Vaya calamidad, cualquiera dice Calamaro pero ¿Grupo 5?... en fin! Hay que terminar con las inseguridades y yo, por mi parte, me inscribo como la primera en la lista de: ¡A partir de ahora mira sólo lo que es real, lo fantástico no existe y las telenovelas venezolanas son sólo eso, telenovelas! Ya no doy ni un paso atrás, en todo caso si doy es una zancada hacia adelante que me permita saltar entre los muermos y los desconfiados, entre los machistas y los tontos, entre los chicos tímidos y los náufragos para encontrarme con el correcto (hasta que yo crea que es el correcto, por supuesto).

La última vez:

Pirata: Qué haces?
Tonta: aquí... ¡qué raro verte!
Pirata: ¡pero si tú me llamaste!
Tonta: ah, sí, es verdad es que... te parece que tomemos algo...
Pirata: Bueno princesa nos vemos luego, no?
Tonta: Ok. Vale. Chau (¡pero si te llamé fue para verte no para que me des plantón para después!)

Luego el pirata apareció entrado en copas y FIN DE LA HISTORIA.

No, así no se llega a ningún lado. ¡Así no puede ser! Algo perdemos en cuanto crecemos y creo que es la osadía de llamar a las cosas por su nombre: ¡estoy coladita por ti, por eso te llamé! pero no, si él no dice nada, nosotras menos, ¡se va a estar creyendo que encima me gusta el muy cabrón!

Está claro, mi verano ha sido fatal, sin entrar a tallar en cuestiones ultra personales que han acontecido. Este verano me ha dado ilusiones pero también me las ha quitado todas de un tirón, así, zazzzz, sin preguntar. Me ha dejado maltrecha con dolor de estómago y un náufrago menos en la historia. Sin un trabajo fijo y con el corazón mal herido, pero ejem, no destruido ¡ojo! que para eso hacen falta más que un pirata malo, más que una gastritis aterradora, más que un desempleo laboral, más que un libro sin terminar. ¡Mucho más!

Y eso que aún no les he contado la parte en la que me mudo a Francia... ¡Estoy de mudanza! ¡Game over! ¡Me rindo, que llegue el otoño!