I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

martes, junio 22, 2010

A veces es mejor esto que nada

No todo tiene que ser perfecto, también se pueden echar a perder muchas historias. Meter la pata hasta al fondo y recagarlas sin quererlo. No se tienen que cerrar los ojos para no ver los desperfectos también se pueden dejar bien abiertos para recrearse en la mierda y aprender de los errores, esos que han de volver por eso de que somos los únicos que tropezamos dos veces con la misma piedra. No todo tiene que ir a pedir de boca, a veces también vale la pena resbalar de manera que aprendamos a caer con estilo y con dolor, por qué no.

Si queremos contar la arena que se cuela entre nuestros dedos es mejor que empecemos a contar nuestros aciertos, siempre serán menos pero nos darán regocijo del bueno. Nos darán templanza y nos inyectaran ganas de seguir, allí, para adelante. Si queremos atinar en los momentos difíciles mejor ir pensando que también podemos fallar así la caída nos será menos dura y rebotaremos a gusto.

No tienen porque los amores ser siempre civilizados, a veces las bofetadas son buenas para darse cuenta que por allí no va el asunto y que es mejor dar ese paso atrás que muchos otros nos dicen que no lo demos. No tienen porque los amores ser eternos, a veces prefiero que alguno perezca en el olvido para que ya no pueda doler más, y no se quede indigente, rezagado, doliendo al mas débil o simplemente al más enamorado.

Las cosas no tienen porque siempre agradarnos ni ser buenas, no tienen porqué. Caso contrario hay que reprochar lo que no gusta, lo que no apetece, lo que no complace, lo que no llena ni alimenta.

No tenemos porque ser eternos ni los recuerdos tienen que serlo. Hay que dejar que nos olviden y olvidar, hay que dejar que la vida continúe sin nosotros, sin los recuerdos, sin las palabras, sin las promesas. Hay que dejar que las cosas partan hacía allá, hacia donde no podamos encontrarlas ni mirarlas para no tener opción a encontrarlas ni traerlas al presente. Hay que dejar que simplemente desaparezcan, mueran, por el bien de todos, incluso el tuyo.

No hay que ser intelectuales, a veces no hay que ser nada. Ni eruditos ni poetas ni pensadores ni tener las respuestas. A veces no hay que decir nada, ni abrir la boca. A veces es mejor quedarse callado para que los demás no puedan juzgar los pensamientos que son solamente tuyos y que solo a ti te valen, a veces es mejor estar en silencio para que los demás crean que son más listos.

¿Amar? a veces hay que dejarse querer, solo eso, dejar que los demás repartan su cariño y guardar el personal hasta encontrar a alguien que lo merezca y sino lo encontrásemos es mejor que siga en nosotros como un tesoro personal, muy personal.

No todo tiene que valernos, a veces es mejor dejar que lo otro se suicide frente a nuestras narices con garbo y soltura, con complacencia y decisión. Dejar que lo que no vale pase a mejor vida.

A veces es mejor pegar un portazo a que nos lo peguen en nuestra nariz, a veces es mejor ahogar las penas para que nadie pueda escuchar los llantos, a veces es mejor no pensar que darle demasiadas vueltas a lo incambiable. A veces es mejor cantar una buena canción antes de hacer una llamada telefónica o escribir una carta que no leerán. A veces es mejor escribir esto a quedarse con las ganas de decir algo.

A veces es mejor creer que nunca es demasiado tarde porque, quién sabe, a lo mejor no lo es.

Lessar