I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

lunes, noviembre 09, 2009

Porque soy mujer

Sí, soy mujer, de esas que nadie entiende, de las que dice no cuando quiere decir que sí, de las que investiga para luego arrepentirse de entrometer las narices, de aquellas que anda buscando una víctima para desfogar el mal humor producto de trastornos hormonales en periodo pre menstrual. La típica mujer que va reorganizándole la vida a su víctima, que le da por cambiar las cosas de su sitio sin avisar ni preguntar, que le gusta ir a bailar cuando su pareja lo odia. Soy aquella a la que le gusta que la entiendan cuando derrama una lágrima por una escena romántica de una película no tan buena. A la que le gusta ir de tiendas y tener al chico a lado para que me diga a todo que sí solo porque no aguanta ir de compras y es mejor acabar cuanto antes. ¡Sí, esa soy yo!

¿Son ellos los que no nos entienden, o no me entienden, o soy yo la que vive en la estratosfera? Tengo algunas observaciones pendientes que os quiero hacer llegar por si hay algo que me tenga que aclarar cualquier hombre o mujer, si lo desea, que lea las siguientes líneas: El lenguaje del no cuando es sí, la visión única sobre sólo una posibilidad en miles de posibilidades y, cómo no, el oído selectivo masculino.

Si, soy yo la que dice que no cuando quiero decir que sí, y digo que sí cuando quiero decir que no, y la que a veces no sabe lo que dice porque la respuesta depende de quién lo está preguntando. ¿Me convierto por ello en complicada? ¿O es que estoy pidiendo que aparezca el sexto sentido del sexo masculino que rara vez, o a lo mejor ninguna, ha hecho gala de haberse asomado ni por casualidad? ¿Es demasiado pedir que los hombres se esfuercen un poco en relacionar cara con palabras y emociones? (que a lo mejor mi cara dice una cosa pero mis emociones otra).

Creo que los hombres saben muy poco de las mujeres, aunque es cierto que hay alguno por ahí que se escapa del estereotipo y nos puede llegar a entender bastante bien; pero seguro esta ya casado, tiene dos hijos y es súper feliz, o en su defecto es gay y ahí si que no hay opción de ningún tipo. La mayoría, creo humildemente, aún no entienden a las mujeres y se quejan de ello (y les doy toda la razón). No entienden las emociones y las caras de circunstancia de la mujer que tiene a lado. No capta el mensaje, quizá porque nosotras las mujeres, y yo la primera, somos algunas veces un tanto enrevesadas para decir lo que realmente deseamos, queremos y estamos esperando de un hombre como si fuera “el amigo” adivino o vidente, como si fuera capaz de leer nuestros pensamientos, el pobre; y luego, cuando no ocurre o no nos dice lo que esperábamos, nos sale el indio que tenemos aparcado dentro con una fuerza descomunal dispuesto a decapitar al infeliz que no tuvo la suerte de atinar en su comentario o acción.

Así somos las mujeres. Veletas y con ganas de salirnos siempre con la nuestra. Otro punto que va a discusión, si es que de algo hay que discutir, es la visión única vs. la visión plural. Una discusión con una mujer, dependiendo qué mujer, puede llegar a perderse si no se utilizan las palabras adecuadas que corten el exhaustivo reclamo con el cual está arremetiendo contra su pareja, si conoces el lenguaje adecuado podrás ganar la batalla de lo contrario, amigo mío, no te quedará de otra que hacer lo que ella diga, cómo lo quiera y dónde lo quiera; porque seguro ya te ha convencido de que su punto de vista es más lógico que el tuyo. Aunque si nos basamos en aquel dicho de “hombre cazador, mujer recolectora…” yo ahí le doy la razón a las mujeres puesto que nuestro abanico de posibilidades siempre es más amplio que la estrecha visión del macho cazador obsesionado con su presa y nada más. Las mujeres sacamos, de donde no parece haberlas, muchas opciones y formas de ver y hacer las cosas, y cada cual la podemos sustentar con bases y fundamentos, a veces convincentes y a veces endebles, pero que podrían sonar incluso a probables. Mientras tantos los hombres siguen en la lucha por sujetarse a una sóla razón sin mostrar el menor síntoma de flexibilidad o de alternativa posible que pueda llegar a convencer a la fémina con la que se pueda hallar enfrascado en la conversación.

El tema al que más pavor tengo es aquel llamado “el oído selectivo”, es decir, que los hombres, muy a mi pesar escuchan sólo lo que quieren y les conviene lo demás lo descartan, lo aniquilan, simplemente no existió con lo cual no lo podrán recordarlo jamás. Es como si mecánicamente dentro de su cerebro seleccionaran lo que más les apetece y lo que no lo envían rápidamente al tacho de la basura cerebral, a la bandeja de reciclaje cerebral de su memoria, descartándolo para siempre porque simplemente no es interesante. Así que si el tuyo es de esos que jamás recuerda lo que le pediste y luego pone cara de “autogol” cuando se lo preguntas significa que acabas de formar parte de sus temas de selección y no te quedará de otra que hacerlo tu misma o en su defecto luchar tú con todas tus fuerzas contra esa nueva manía de seleccionar lo que realmente le interesa. ¡Afortunados ellos!

Y es que los hombres son básicos, nosotras somos las complicadas, las que metemos “candela” al asunto, avivando llamas que no tienen, en numerosas ocasiones, razón de ser. Los hombres son directos aunque también es difícil sacarles las cosas “de adentro”, es como si esa parte del sentimiento y la emoción estuviera reservada para otros menesteres, el futbol por ejemplo, gran pasión, deporte de masas. A mí me llama la atención el tema futbol simbiosis hombres porque normalmente los hombres no suelen ser muy emocionales pero cuando su equipo está metiendo goles, ahí se les sale toda el alma, el espíritu, como si se les fuera la vida en ello… Recomendación: si hay que pedir que nos escuchen no lo hagamos nunca en ese momento de abstracción pletórica porque jamás de los jamases seremos escuchadas.

Esta soy yo, y voy entendiendo a medida que escribo a los hombres y voy conociendo más de las mujeres, de lo pesada que me pongo, de lo mucho que espero de ellos y de lo poco que ellos esperan de nosotras. Somos diferentes por eso nos complementamos y nos gustamos, porque si simplemente tuviera que lidiar con alguien igual a mí me jalaría de los pelos llegando incluso a terminar perdiendo la cabeza... la única que me queda y no, eso no me lo puedo permitir. Así soy yo, porque soy mujer, con todas las incoherencias que nacen de mí, y al que no le gusto que no me compre.

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