I Tego Arcana Dei

Un espacio como cualquier otro para dar rienda suelta a los pensamientos, a la imaginación, para comunicar y ser leído, analizado por algunos o simplemente ignorado por muchos. Lo importante es intentarlo y quedar a merced de quienes creen en uno y nos dan el voto de confianza; y demostrar que mas que un trabajo es un compromiso para con el lector. LESSAR

domingo, enero 10, 2010

En busca de Machu Picchu

Hace no más de cinco días echamos a andar un proyecto que nos tenía comiéndonos la cabeza desde hace exactamente un año atrás. Hace un año, como les decía, estaba imaginando con Patricia la posibilidad de hacer un recorrido por el Perú; pero no un recorrido común: de aviones, hoteles de 3 estrellas (que los de 4 y 5 son muy caros), todo planificado, sino mas bien algo más natural y espontáneo, durmiendo en la montaña y disfrutando del entorno, flora y fauna, así como de los poblados más alejados de la sierra y selva de este mi país, Perú.

Ahora, un año más tarde lo estamos haciendo. En este momento me encuentro en el centro de la ciudad del Cuzco, en la av. del sol, escribiendo y plasmando mis experiencias de estos solo 5 días en los que con un grupo de amigos españoles y peruanos hemos recorrido la geografía serrana con sus cordilleras, sus nevados, lagunas y alturas varias.

Empezamos con el encuentro en Lima: Heidy, Cesar, Gorka, Andoni y yo, todos emocionados, espectantes, nerviosos nos fuimos para el centro de Lima, nos reímos mucho y bacilamos sobre los posibles fracasos de nuestra travesía que estaba iniciándose en esa ciudad capitalina. Ya juntos y luego de unas cervezas en nuestro organismo nos fuimos al aeropuerto como quien sale de una fiesta de resaca de año nuevo, unos con corbatas otras con binchas de colores con apariencia de carnaval de a destiempo.


Ya en Cuzco solo faltaba darle curso a la pastilla del Soroche o bien llamado Mal de altura. A los 2600 es normal que todo empiece a cambiar dentro de tu organismo. Lo que está dentro quiere inmediatamente salir fuera, la cabeza duele como resaca dolosa después de 5 días de juerga malsana, la falta de oxígeno es una "putada", el cansancio una pesadilla y mejor no sigo porque sino no querrán venir jamás de los jamases. En fin... con una doctora dentro del grupo es más sobre llevable el asunto, ya que es la que en principio puede socorrernos a una mala que nos sintamos realmente "jodidos". Lo preocupante era que esta doctora, que es mi hermana, sufre de ataques de asma y ya venía con inyecciones encima así que estábamos en plan de quien cuida a quién. Bueno, el mal trago pasarlo pronto o como mucho no hacerle demasiado caso, así que empastillado todos empezamos nuestro viaje Ruta Salkantay.

Pues eso, salida de Mollepata que está a 2,900 msnm: Desayuno y empezamos a caminar, otros empezaron vomitando y poco caminando, los demás caminar y caminar, caminar y andar, divisar la naturaleza, la flora, poca fauna, por trochas, caminos inexistentes, barro y abrigados por lluvia pesada que iba y venia cuando quería. Nueve horas andando o más. Más de 18 kms hasta llegar a los 3700 msnm al primer campamento de nombre "Soraypampa" en donde apostados en tiendas de campañas nos abrigamos unos con otros para resistir los fríos intensos que a esas alturas soplaba con la férrea intensión de no dejarnos dormir ni descansar nuestros tullidos cuerpos.

Larga y difícil noche fue aquella, imposible dormir, no podíamos respirar como se debe (recordad que somos chicos de costa) Cesar dió vueltas, Heidy lo mismo, yo con la garganta a más no poder de dolor, levantándonos a media madrugada para tomar pastillas varias que nos aliviase los dolores que nos perseguian sin darnos tregua alguna; pero superamos la noche y al día siguiente continuamos nuestro trayecto. Algunos del grupo se plantearon la posibilidad de rentar mulas que les ayuden a cruzar uno de los senderos más duros de la caminata, así que sin pensarlo demasiado a la mañana siguiente ya tenían a la bestia de lado dispuestos a usarla si o si. Por mi parte yo seguía con lo mío: Voy a llegar a Machu Picchu andando, lo dije y así lo haré.

Por Dios! en que estaba pensando cuando me lo propuse a mi misma y me comprometí a hacerlo? No lo sé pero allí estaba, dispuesta a superarme, dispuesta a demostrarme que era posible. Anduve y anduve. Montaña arriba, con un desnivel de 900 metros, con el nevado Salkantay (6,200) mirándome a los ojos, desafiándome. Un aire helado congelaba mis pulmones, muchas veces pensé que no podría. Iba sóla por ese camino del Umantay (5,900) dispuesta a no dejarme vencer, y así luego de andar y andarno me quedó de otra que arribar a los 4,600 msnm llamado Salkantaypampa con una enorme satisfacción y verdaderamente emocionada.

Luego bajar para ir al siguiente campamento y ya estamos en el segundo día. De los 4,600 bajamos a los 3,300. Unos vomitaban, otros tenían dolor de cabeza, a mi el estómago no me dejaba en paz, algunos maldecían y uno que otro aún con todo esto estábamos emocionados y contentos. Luego de 12 horas llegamos a Kayanpata (3,300) en donde dormimos y nos reímos contándonos historias de pumas y osos que suelen andar por la ceja de selva específicamente por dónde dormíamos aquella noche. Ese día hicimos 20 kms.

Tercer día: Lo inimaginado. Fango, barro, lluvia, selva, calor y Xexar medio desmayado en la subida. Corrí con todas mis pocas fuerzas en busca de ayuda por la montaña. Simón, nuestro guía, andaba 300 metros más arriba, Heidy aguantaba a Xexar, yo avanzaba entre el lodo y el fango como si se me fuere la vida por llegar a la cima y encontrar ayuda para Cesar. Llegué agotada y Simón advirtió mi cara de preocupación, inmediatamente bajó y ayudó a nuestro amigo, que dicho sea de paso había echado pa' fuera todos los desayunos, almuerzos y cenas ingeridas en los dos días anteriores. Luego de sacarlo de allí en una carro que por casualidad pasaba por aquel intento de carretera, igual que a mi hermana, me preguntó el guía que si quería seguir el camino sóla y cómo no, yo fiel a mi compromiso conmigo misma le dije que sí, que lo haría sóla aunque para ello debía de sufrir 4 horas más para completar los 15 km del día.

Ya en Aguas Calientes a los 2000 msnm la cosa parecía ya irse calmando, todavía no habíamos llegado a Machu Picchu. Algunos ya estaban lesionados, los tobillos hinchados y la mayoría cansados pero... aún nos mantenía el ánimo al saber que faltaba Machu Picchu.

A la mañana siguiente, alrededor de las 4 y 35 de la madrugada encontrome yo con mi linterna y mi ropa de monte con dirección a la cima del Machu Picchu, con la emoción a flor de piel pero con el cuerpo molido de tanto trajín y caminar. Me fue difícil el acceso, atravesé la montaña y subí y subí hasta que después de 1 hora y 20 minutos puede por fin alcanzar la cima, ver Machu Picchu y completar, por fin con mis amigos, los caminos del inca.

Lessar

Pero esto aún no ha terminado nos falta Puno y el Cañón del Cotahuasi, Líneas de Nazca y de vuelta a casa Piura y Mancora!

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